Existe una gran confusión en la sociedad cuando se cree que la disciplina positiva y consciente es permisividad, sobreprotección o libertinaje.
La disciplina positiva y consciente es educar de manera respetuosa para niños y adultos, y para promover el respeto a uno mismo y a los demás es imprescindible promover límites asertivos.
¿Qué son los límites asertivos?
Son los límites físicos, emocionales y mentales que establecemos para protegernos de ser manipuladores hacia otros o de ser manipulados por otros. Son eso que que nos mantiene seguros, comprendiendo y respetando nuestras propias necesidades y las de los demás.
¿Por qué dar límites asertivos?
Porque el verdadero significado de “disciplinar” es “enseñar”.
Dar castigos y golpes NO enseña, ser permisivos y sobreprotectores NO enseña, pero los límites asertivos SÍ enseñan.
Le enseñan a nuestros niños…
- A vivir en el mundo real: porque vivimos en una sociedad con límites reales (semáforos, normas sociales, reglas, etc.)
- A tener auto-disciplina: cuando damos límites para el orden, para definir prioridades, etc.
- A cuidar su salud: cuando damos límites relacionados a sus hábitos de sueño o higiene.
- A regular sus emociones: porque con límites las cosas no siempre saldrán como ellos esperan, y esa es una oportunidad para aprender a regular su frustración.
- A estar seguros: cuando damos límites para cruzar calle, ponerse el cinturón, etc. Y porque con nuestro ejemplo, ellos también aprenden a poner sus propios límites a los demás. Esta es una herramienta incluso de prevención de abuso sexual.
¿Desde cuándo se pueden establecer?
Desde que son bebés nosotros ya estamos estableciendo límites con sus horarios de sueño, con su tipo de alimentación, con su cinturón en el carro, etc.
Algunos de estos límites son conscientes y otros inconscientes. Lo ideal es aprender a establecerlos de manera consciente promoviendo la conexión, seguridad y respeto mutuo.
¿Cómo establecerlos asertivamente?
A través de mis “4 Pasos para dar límites asertivos”:
Situación: Es hora de irse del parque para regresar a casa.
- Conecta: Acércate a su mundo antes de dar un límite
“¡Te encanta jugar en el columpio!”
- Anticipa: Cuando saben qué esperar pueden cooperar mejor
“En 5 minutos nos vamos a ir, voy a poner una alarma que nos avise”
- Da el límite: Y ese límite que damos es el que vamos a cumplir
“¡Ya sonó la alarma! Es hora de irnos…”
- Busca el sí: Puede ser haciendo una promesa futura o dando dos opciones válidas
“Hoy ya nos tenemos que ir… ¡pero mañana regresamos al parque!” (Siempre cumpliendo lo que prometemos) O “¿Te quieres ir al carro caminando o saltando?”
Si al establecer el límite hay un berrinche o desborde emocional, nosotros lo acompañamos y validamos sus emociones sin ceder al límite. Todas las emociones son válidas de sentir y es normal y esperado que exista esta resistencia ante el límite.
Puedes conocer más información sobre “Berrinches” en mi cuenta, en mi podcast o en mi curso online “Mi hijo hace berrinches, ¿qué hago?”
Recuerda que una crianza respetuosa y consciente empieza en nosotros los adultos, todos los días somos ejemplo para nuestros niños.
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